La hija regresa a casa después de años de haberse ido.
Llora desconsoladamente, pues sabe que a su familia, muy católica y de misa, no le va a gustar lo que les tiene que decir.
Su padre le pregunta:
-Donde estuviste tanto tiempo, sin siquiera escribir? desgraciada! ¡No sabes cuanto ha sufrido tu madre!
- Perdón, papá, pero es que me he vuelto prostituta...
- ¿Como? ¿Que? ¡Lárgate inmediatamente de esta casa! ¡Desvergonzada, inmoral, perversa... mala hija!. Sabes perfectamente que en nuestra casa somos católicos practicantes,! Sinvergüenza, eres una sinvergüenza!!
-Papá, ya me voy... lo siento. te comprendo. Pensaba que me perdonarías y venia a regalarles este abrigo de mink y darle a mi mamá las escrituras de la casa en la Riviera Francesa, una cuenta de $500.000 dólares para los estudios de mi hermano y a ti papito, este reloj Rolex con diamantes y también un Porche Turbo modelo 2007, color negro, que está en la puerta.
-¿En que dijiste que te has convertido?
-En prostituta, papá!
-¡Uf! Que susto, había entendido ¡Protestante!, pasa, mijita pasa....
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