Estaban en plena campaña electoral, y uno de los candidatos visita un pueblo indígena.
El canndidato comienza su perorata:
Yo les prometo que quitaré el hambre en todo el pueblo.
Los Indiecitos todos lelos lo escuchan.
Cuando termina el político los indiecitos aplauden y dicen con toda el alma:
Songa, donga mondonga.
El candidato vuelve y dice:
Yo les prometo que eliminaré corrupción.
Los indiecitos vuelven y aplauden gritando:
Songa, donga mondonga.
El candidato en todo su furor dice:
Yo les prometo que habrá luz y agua en toda la región.
Los indiecitos más entusiasmados gritan:
Songa, donga mondonga.
Yo les prometo que este río que pasa por aquí se los pavimentaremos, habrá un faro en la sierra para que puedan trabajar por la noche.
De tanto hablar al candidato sentía que en el punto donde la espalda termina su bonito nombre, un músculo estaba haciendo buches y para solucionar el problema, preguntó donde podía ir a hacer su necesidad fisiológicas...
El jefe de la comunidad de los indiecitos le dijo:
Allí detrás de los árboles...Pero eso si mi doctor.
Mucho cuidado doctor al caminar, que por la trocha hay mucha, songa, bonga mondonga.
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